Un asesino en serie, también conocido como asesino múltiple o asesino serial, es una persona que asesina a tres o más personas en un lapso de más de treinta días, dejando un periodo de enfriamiento entre cada asesinato, y cuya motivación se basa en la gratificación psicológica que le proporciona dicho acto. Los asesinos en serie están específicamente motivados por una multiplicidad de impulsos psicológicos, sobre todo por ansias de poder y compulsión sexual. Los crímenes suelen ser llevados a cabo de una forma similar y las víctimas a menudo comparten alguna característica (p. ej. ocupación, raza, apariencia, sexo o edad).
Los asesinos en serie no debe ser confundidos con los asesinos en masa, que asesinan a un número elevado de víctimas de manera simultánea en un periodo corto de tiempo; ni con los asesinos relámpago, que cometen múltiples asesinatos en un corto período y en lugares distintos. El término serial killer (asesino en serie) fue acuñado por el agente especial del FBI Robert Ressler en la década de 1970 aunque había sido descrito muchos años antes. Se tiene constancia de que el inspector policial alemán Ernst Gennat utilizaba ya este concepto en 1930.
A mayoría de los asesinos en serie tienen antecedentes enfermizos. Se sabe que, frecuentemente, fueron víctimas de abusos durante su infancia, ya sea física, sexual o psicológicamente, toda vez que existe una correlación entre los abusos de su infancia y los crímenes que cometen.
El elemento de fantasía en el desarrollo de los asesinos en serie es extremadamente importante. A menudo fantasean acerca de asesinar durante y aun después de la adolescencia. Sueñan despiertos de manera compulsiva sobre dominación, sometimiento y asesinato, usualmente con elementos muy específicos de sus fantasías que después aparecen en sus crímenes reales. Otros disfrutan leyendo historias de sadismo, llenos de violación, tortura y homicidio. En algunos casos, estos rasgos no están presentes.
Algunos asesinos en serie, presentan uno o más signos de alerta en su niñez de lo que se conoce como el "Conjunto McDonald" o "Tríada psicopática". Estos son:
§ Piromanía, comenzar incendios invariablemente sólo por la emoción de destruir cosas.
§ Crueldad hacia los animales (relacionado con el "zoosadismo"). Muchos niños pueden ser crueles con los animales, tal como cortarle las patas a las arañas, pero los futuros asesinos en serie con frecuencia matan animales más grandes, como perros y gatos, y comúnmente para su propio deleite, más aún de sólo impresionar a sus amigos.
§ Enuresis más allá de la edad en que los niños normalmente superan tal comportamiento.
Cabría hacer una aclaración, esta tríada, desarrollada en 1963, ha sido recientemente cuestionada por otros investigadores.
Muchos expertos han afirmado que una vez que el asesino serial comienza con sus actos delictivos no puede parar (o solo en contadas veces). Algunos sostienen la opinión de que aquellos que no son capaces de controlar sus impulsos homicidas son más fáciles de atrapar.
Jack el Destripador
Jack el Destripador (Jack the Ripper en inglés) es el más conocido de los seudónimos que se le dieron a un asesino en serie no identificado que cometió varios crímenes en 1888, principalmente en el distrito de Whitechapel, en Londres —así como en las áreas empobrecidas de los alrededores—. El apodo se originó de una carta escrita por alguien que se adjudicaba los asesinatos bajo este seudónimo, y como resultado de su difusión por los medios de comunicación, ese nombre pasó a ser conocido por la sociedad en general. A pesar de ello, varias fuentes consideran que el documento se trata realmente de una broma elaborada por algún periodista, en un intento de aumentar el interés en la historia y, al mismo tiempo, armar un escándalo. Otros seudónimos con los que también es conocido el homicida son El asesino de Whitechapel, Mandil de cuero, además de Genio independiente, este último acuñado en una carta escrita por George Bernard Shaw.
Con frecuencia, Jack el Destripador es descrito como un asesino inteligente, eficaz, burlón, astuto, frío y obsesionado por el asesinato. Los ataques que se le atribuyeron involucraban a mujeres prostitutas de barrios pobres y tenían un modus operandi distintivo, que consistía en degollamiento, estrangulación y mutilación abdominal. La extracción de los órganos internos de al menos tres de las víctimas llevó a pensar que el asesino tenía conocimientos anatómicos o quirúrgicos. Por otra parte, los rumores de que los asesinatos estaban relacionados entre sí se intensificaron entre septiembre y octubre de 1888, período en el que apareció una gran cantidad de misivas escritas por uno o varios sujetos anónimos, enviadas a Scotland Yard y los medios. Uno de los textos, recibido por George Lusk del Comité de Vigilancia de Whitechapel, incluía medio riñón humano preservado, supuestamente de una de las víctimas. Debido al carácter extraordinariamente brutal de los asesinatos y el enfoque que los medios de comunicación les dieron a los mismos, el público creyó que en verdad se trataba de un único asesino: Jack el Destripador. La amplia cobertura que la prensa le otorgó a dichos eventos provocó que alcanzaran notoriedad a nivel internacional. Una investigación sobre los asesinatos en Whitechapel cometidos hasta 1891no pudo resolver con certeza si todos los crímenes se conectaban con los asesinatos en 1888; para entonces, la leyenda de Jack el Destripador comenzaba a solidificarse.
Debido a que los homicidios jamás fueron resueltos, las leyendas en torno a ellos se convirtieron en una combinación de investigación histórica genuina, folclórica, y pseudohistórica. Desde entonces, se tiene constancia de más de un centenar de teorías sobre la identidad del Destripador, mientras que los acontecimientos han influido en múltiples obras de ficción literarias, cinematográficas y artísticas.
El gran número de asaltos contra mujeres en el East End durante esta época añade incertidumbre al número de víctimas asesinadas por el mismo individuo. Once homicidios aislados, ocurridos entre el 3 de abril de 1888 y el 13 de febrero de 1891, se incluyeron en una investigación llevada a cabo por la Policía Metropolitana de Londres, agrupándose bajo la denominación de asesinatos en Whitechapel. Las opiniones varían en cuanto a si dichos homicidios debieran ser atribuidos a la misma persona o no, sin embargo cinco de los once delitos (conocidos como los cinco canónicos) son asociados directamente al Destripador. La mayoría de los expertos señala los cortes de garganta, la mutilación abdominal y genital, la extracción de órganos internos y las lesiones faciales progresivas como rasgos distintivos del modus operandi de Jack el Destripador. Debido a que los primeros dos casos en el expediente (cuyas víctimas fueron Emma Elizabeth Smith y Martha Tabram) no coinciden con este patrón, no se consideran como canónicos.
Smith fue asaltada sexualmente en la calle Osborn, Whitechapel, el 3 de abril de 1888; en su vagina se encontró insertado un objeto obtuso que le perforó el peritoneo, a causa de esto desarrolló peritonitis y murió al día siguiente en el London Hospital. Antes de su deceso, reveló que había sido atacada por dos o tres hombres, uno de los cuales era un adolescente. El suceso fue vinculado con los siguientes asesinatos por la prensa, pero la mayoría de los expertos concluye que es posible que se tratara de violencia de pandillas, no relacionada con el Destripador.
Por otra parte, Tabram fue asesinada el 7 de agosto de ese mismo año, su cuerpo había sufrido 39 puñaladas. La crueldad del homicida, la falta de un motivo lógico, la proximidad de las ubicaciones (George Yard, Whitechapel) y la fecha de los asesinatos posteriormente atribuidos al Destripador, llevaron a los cuerpos policíacos a establecer una conexión entre estos acontecimientos. No obstante, el ataque difiere de los canónicos en que Tabram fue apuñalada en la garganta y abdomen, sin involucrar cortes de ningún tipo. Muchos expertos contemporáneos coinciden en que éste caso no se relaciona con los crímenes cometidos posteriormente, debido principalmente a la diferencia en las características de las heridas. Uno de los primeros rumores que se suscitó fue que los asesinatos eran cometidos por el aclamado actor estadounidense Richard Mansfield, que en ese momento se encontraba protagonizando el papel del Doctor Jekyll en la obra El extraño caso del doctor Jekyll y míster Hyde. Otras conjeturas llevaron al arresto del limpiabotas John Pizer, un judío polaco que tenía un historial delictivo que no le favorecía hasta ese momento (poco antes del primer asesinato, fue acusado de atacar a una prostituta de forma indecente), pero que al final salió airoso de sus acusaciones. De manera parecida, otros sospechosos fueron liberados tras comprobarse su inocencia en torno al caso, lo cual finalmente hizo que el cuerpo policíaco quedara ridiculizado ante su incapacidad de hallar al verdadero culpable de las muertes.
Las cinco víctimas canónicas
Las cinco víctimas canónicas del Destripador son Mary Ann Nichols, Annie Chapman, Elizabeth Stride, Catherine Eddowes y Mary Jane Kelly. El cuerpo de la primera fue descubierto alrededor de las 3:40 a.m. del día viernes 31 de agosto de 1888 en Buck's Row (calle Durward en 2010), Whitechapel. Su garganta había sido seccionada profundamente por dos cortes, mientras que la parte inferior del abdomen se hallaba parcialmente desgarrada por una herida profunda e irregular. Muchas otras de las incisiones en la región abdominal fueron hechas con el mismo cuchillo.
El cadáver de Champman, la segunda víctima canónica, fue localizado aproximadamente a las 6 a.m. del sábado 8 de septiembre del mismo año, cerca de una puerta en el patio trasero de la calle Hanbury 29, en Spitalfields. Al igual que en el caso de Nichols, la garganta tenía dos cortes, mientras que los cortes en el abdomen lo habían dejado abierto por completo. Poco después, se descubrió que el útero había sido extraído del cuerpo.
En el proceso de investigación judicial, uno de los testigos describió haber visto a Chapman junto a un hombre de cabello oscuro con aspecto distinguido pero desharrapado, alrededor de las 5:30 a.m. Tras el asesinato de Champman, el New York Times publicó:
El desalmado de Whitechapel ha asesinado esta mañana a su cuarta víctima y sigue sin ser detectado, visto o conocido. Hay pánico en Whitechapel. El cuerpo de detectives de la policía londinense es, probablemente, el más estúpido del mundo.
Stride y Eddowes fueron asesinadas en la madrugada del domingo 30 de septiembre; se encontró el cuerpo de la primera aproximadamente a la 1 a.m. en Dutfield's Yard, cerca de la calle Berner (ahora avenida Henriques) en Whitechapel. La causa del deceso era una clara incisión que cortó la arteria principal del lado izquierdo del cuello. Existen dudas en si es conveniente atribuir el asesinato de Stride al Destripador o si este pudo haber sido interrumpido durante el ataque, puesto que no se encontraron mutilaciones en el abdomen.
Los testigos, que creyeron haber visto a la víctima con un hombre esa noche, ofrecieron diferentes descripciones: algunos coincidieron en que su acompañante era blanco, mientras que otros se pronunciaron a favor de que era de tez morena; de igual manera, unas versiones confirmaban que éste vestía ropa andrajosa, y otros señalaban que, al contrario, estaba bien vestido. Por otra parte, los restos de Eddowes fueron localizados en Mitre Square, en la Square Mile, solamente 45 minutos después de haber encontrado el cadáver de Stride. En éste, la garganta había sido seccionada y el abdomen se hallaba rasgado completamente por una larga, profunda e irregular herida; además se extrajeron el riñón izquierdo y la mayor parte del útero. Un lugareño, Joseph Lawende, había pasado por esa misma calle, en compañía de un par de amigos, poco antes del asesinato, en su momento describió a la policía haber visto a un hombre rubio de apariencia raída con una mujer, que podría haber sido Eddowes. No obstante, sus amigos fueron incapaces de confirmar dicha descripción. Más tarde, los homicidios de Eddowes y Stride pasaron a ser conocidos como el doble acontecimiento. Parte del delantal ensangrentado de Eddowes fue hallado en la entrada de una vivienda en la calle Goulston, Whitechapel. Un grafiti realizado en la pared, justo encima de donde fue hallado el delantal (que tiempo después sería conocido como el grafitti de la calle Goulston), parecía implicar a uno o varios judíos —ya que en esos tiempos, las calles de Whitechapel y sobre todo donde se encontró el anuncio, estaban habitadas por gente judía—, sin embargo no era claro si los trazos fueron hechos por el asesino al mismo tiempo que abandonó el delantal o si simplemente se trataba de una coincidencia incidental. El entonces comisionado de la policía Charles Warren, temiendo que el escrito hiciera estallar una serie de disturbios antisemitas, ordenó borrarlo antes del amanecer.
El cuerpo de Kelly horriblemente mutilado se encontró en la cama de la habitación donde vivía, en el número 13 de Miller's Court, cerca de la calle Dorset de Spitalfields, a las 10:45 a.m. del viernes 9 de noviembre de ese año. El cuerpo mostraba un corte que iba desde la garganta hasta la columna vertebral y al abdomen se le habían retirado completamente sus órganos. No se encontró el corazón de la víctima.
Los cinco asesinatos canónicos se perpetraron la noche de un fin de semana y hacia el final de un mes o la primera semana del siguiente. Las mutilaciones se volvieron cada vez más severas conforme la serie de asesinatos ocurría, excepto por el homicidio de Stride, cuyo atacante pudo haber sido interrumpido. Nichols poseía todos sus órganos, el útero de Chapman había sido extraído, el riñón y útero de Eddowes jamás fueron encontrados (además de que tenía la cara mutilada) y finalmente el cuerpo de Kelly había sido descuartizado y su rostro totalmente desfigurado, aunque solamente su corazón había sido retirado de la escena del crimen.
Históricamente, la creencia de que estos cinco crímenes fueron cometidos por la misma persona se deriva de documentos contemporáneos que los vinculan entre sí y al mismo tiempo excluían a otros. En 1894, Sir Melville Macnaghten, asistente del jefe de la Policía Metropolitana y director del Departamento de Investigación Criminal (CID por sus siglas en inglés), escribió un reporte que decía: el asesino de Whitechapel tuvo cinco víctimas y nada más. De forma parecida, las cinco víctimas canónicas fueron relacionadas a través de una carta redactada por el médico de la policía Thomas Bond a Robert Anderson, jefe del CID de Londres, el 10 de noviembre de 1888. Algunos investigadores han postulado que si bien algunos de los asesinatos fueron, indudablemente, obra de un único homicida, un número considerable y desconocido de asesinos que actuaban de forma independiente fueron responsables de los demás. Aunque la policía evidentemente trató a los cinco homicidios bajo un único expediente, los escritores Stewart P. Evans y Donald Rumbelow concluyeron que el caso de los cinco canónicos es un mito y que a pesar de que tres de los asesinatos (los de Nichols, Champan y Eddowes) pueden ser obviamente conectados, no hay mucha certeza en los casos de Stride y Kelly, y menos en el de Tabram. Contrariamente, otros aseguraron que los seis asesinatos (tomando en cuenta el de Tabram) fueron cometidos por un solo sujeto. El doctor Percy Clark, asistente delmédico forense George Bagster Phillips, vinculó solamente tres de los homicidios, considerando que los otros fueron perpetrados por uno o más individuos de mente débil... inducidos a emular el crimen [del homicida original]. Macnaghten se unió al cuerpo policíaco un año después de los acontecimientos y su memorándum contiene graves errores fácticos en cuanto a los posibles sospechosos.
Andrei Chikatilo
Andrei Romanovich Chikatilo (en ruso: Андре́й Рома́нович Чикати́ло) (* Yablochnoye, 16 de octubre de 1936 - Moscú, 16 de febrero de 1994). Posiblemente el peor asesino en serie de la Unión Soviética. Su actividad criminal lo llevó a realizar al menos 53 asesinatos. Fue conocido como el "carnicero de Rostov". Vivía una doble vida, por un lado hombre casado trabajador y miembro de la sociedad comunista del momento, y por otro su lado oscuro dotado de gran habilidad para ganarse la confianza de los niños y disfrutar con impunidad de sus horrendos crímenes.
Hombre con problemas sexuales, impotente, vivió en Rostov del Don, una ciudad a unos 800 km de Moscú, donde atrajo principalmente a sus víctimas. Actuaba principalmente en estaciones de ferrocarril y de autobuses. Después de doce años de actuar impunemente, finalmente fue descubierto en 1990.
En una ocasión estuvo detenido y al comparar su sangre con el semen encontrado en una víctima al no emparejar quedó en libertad. Otra vez libre continuó con sus crímenes.
Sin embargo los investigadores tenían la certeza de que él era la persona a la que buscaban, y al detectarlo en otra ocasión al salir de un bosque cerca de una estación confirmaron sus sospechas. Él comentaría más tarde: "Yo soy un error de la naturaleza, una bestia enfadada".
El best seller "El niño 44", escrito por Tom Rob Smith y cuyos derechos para el cine han sido adquiridos por Ridley Scott, se basa en parte en su caso, si bien la historia se sitúa décadas antes.
Actividad criminal
El 22 de diciembre de 1978, Chikatilo mató por primera vez cuando tenía 42 años. Abordó en la calle a una niña de nueve años de edad y la convenció para que se fuera con él a una cabaña que poseía en las afueras de la ciudad. Sabía como hablar a los niños, él mismo había sido maestro y tenía a sus dos hijos. Una vez allí la desvistió con violencia. Accidentalmente, le hizo un rasguño del que brotó sangre, hecho que le propició una erección inmediata, estableciendo el vínculo fatal entre sangre y sexo. Luego, sacó un cuchillo y se lo clavó a la niña en el estómago. Con cada puñalada notaba que se acercaba más al orgasmo, por lo que no cesó de hacerlo hasta la eyaculación. Chikatilo había intentado satisfacer su necesidad sexual movido por la esperanza de llegar a ser igual que los demás, pero no lo era.
Su flacidez y las burlas de las mujeres que se lo recordaban a cada momento, era más de lo que podía soportar. También se dio cuenta de que su placer no consistía en acariciar los genitales ajenos, sino en maltratarlos.
Dos días después de este crimen la policía encontró los restos de la niña en el río Grushovka, y cerca de la cabaña de Chikatilo una gran mancha de sangre. Los policías interrogaron al hombre, pero acabaron inculpando a otro agresor sexual, Alexander Kravchenko. Chikatilo era, por las paradojas que marcaban sus actos, más dual que nunca.
Era el típico marido sumiso y asexual. Hacía todo lo que su mujer le ordenaba o casi todo. Ella solía desear los placeres del lecho con más frecuencia que él, y eso les llevaba a frecuentes discusiones, a que ella le recordase en todo momento lo taciturno e inerte que era. La acusación de haber molestado sexualmente a sus estudiantes le costó el trabajo, pero consiguió uno nuevo en una fábrica en el que tenía que estar viajando constantemente. Este constante movimiento le ayudaba a escoger sus nuevas víctimas.
Tres años pasarían antes de que Chikatilo asesinara por segunda vez. El 3 de septiembre de 1981 asaltó a su segunda víctima, llamada Larisa Tkachenko, prostituta de 17 años de edad. La convenció de ir con él al bosque para tener relaciones sexuales, pero falló en el intento por lo que ella se rio de él, esto lo enfureció, perdió el control, estranguló a la mujer y eyaculó sobre el cadáver, mordisqueó su garganta, le cortó los senos y en su frenesí se comió los pezones. Luego, comenzó a lanzar aullidos mientras bailaba una danza de guerra alrededor del cuerpo, dejó el cuerpo sin vida con un palo enterrado. En esos momentos supo que volvería a matar. Los dos primeros asesinatos de Chikatilo tuvieron cierto carácter fortuito. Es posible que, en ambos casos, sus intenciones fueran solamente de índole sexual. Los gritos de terror le excitaban, pero era el asesinato en sí lo que presentaba para él el acto sexual supremo.
Su tercera víctima fue Lyuba Biryuk, fue raptada de una villa y fue acuchillada 40 veces en el bosque. Le mutiló los ojos, y esto se volvería algo común en sus asesinatos, la firma mortal de Chikatilo.
Chikatilo asesinó a otras tres personas ese año, y entre ellas se encontraba su primera víctima masculina, Oleg Podzhivaev de 9 años de edad. El cuerpo no se encontró pero Chikatilo afirmó ser el responsable y que le había arrancado los genitales. La prensa estaba enloquecida con el asesino en serie, el modus operandi era siempre el mismo, sus víctimas siempre se encontraban en los bosques, con indicios de violencia y sadomasoquismo, y en ocasiones les faltaban miembros a las víctimas. Se trataba de niños, niñas y chicas jóvenes. Entre ellos había muchos escapados de casa y retrasados mentales, pues se dejaban convencer más fácilmente y agradecían su ayuda en el laberinto del sistema de transportes local, con el que no estaban familiarizados.
En 1984 asesinó a 15 personas, mientras el tiempo entre sus asesinatos iba disminuyendo el número de víctimas iba en ascenso. Chikatilo los elegía entre la multitud en estaciones ferroviarias y en paradas de autobús, y con algún pretexto, los convencía para que lo siguieran a alguna zona boscosa. Una vez allí les infrigía numerosas puñaladas (entre treinta y cincuenta). Casi todas las víctimas sufrían la mutilación de los ojos. A las adolescentes o chicas jóvenes les seccionaba los pechos o los pezones, ya fuera con sus afilados cuchillos o con los dientes. El útero era extirpado con tal precisión que todos los cirujanos de la provincia de Rosstov pasaron a ser sospechosos en potencia.
Mientras las violaba, se enfurecía tanto por llegar tan rápidamente al orgasmo que les machacaba la cara a golpes. Para ocultar su impotencia, a veces, con la ayuda de una ramita, colocaba el semen en la vagina de la víctima. En el caso de los niños, los atacaba nada más hallarse a solas con ellos en el bosque: un golpe para aturdirlos con las manos atadas y unos golpes de cuchillo poco profundos para establecer su dominio sobre ellos. Posteriormente los mutilaba a mordiscos, les cortaba los genitales o solamente extirpaba los testículos, que guardaba a modo de trofeo. En algunas ocasiones realizaba estas amputaciones cuando la víctima se hallaba aún con vida, aunque no consciente. En ninguno de los casos se encontraron las partes del cuerpo seccionadas en las cercanías de la escena del crimen.
Además practicaba actos de canibalismo, en sus declaraciones confesaría que le gustaba tragarse las partes del cuerpo más blanditas. En 1981, se convirtió en funcionario de abastecimiento de una fábrica, y el trabajo, que le obligaba a recorrer una buena parte de la región, le proporcionaba la fachada perfecta.
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